Los jóvenes con problemas alimenticios tardan más de cuatro años en ponerse a tratamiento

Una de las principales lacras de la sociedad actual son los transtornos alimenticios, especialmente la anorexia y la bulimia, que afectan cada vez más a la población infantil, causandoles problemas y trastornos irreversibles. No tenemos más que ojear la televisión para darnos cuenta de lo importante que es el físico en la sociedad actual. Programas como "desnudas", "soy lo que como" y "cambio radical", intentan ayudar a gente con complejos, normalmente de obesidad a superar sus temores.

Según un estudio realizado en Málaga, los jóvenes que padecen este tipo de trastornos alimentarios tardan unos cuatro años y medio en acudir a un centro especializado para someterse a tratamiento por un cuadro clínico de anorexia o bulimia. La media de inicio en en la enfermedad se sitúa en los 16 años, mientras que la media de edad del primer diagnóstico médico de la misma, se sitúa en los 20 años.

Para los profesionales que han realizado el estudio consideran que ese período de tiempo es muy largo, puesto que en ocasiones la media de edad asciende a los 26 años. Según estos especialistas, es primer paso para cambiar esta situación es la prevención y la detección precoz de la enfermedad, evitando que los jóvenes "caigan en la segunda enfermedad psiquiátrica con más índice de mortalidad de España".

En este sentido, asegura que los pacientes que sufren trastornos alimentarios están sometidos "a un gran dolor psicológico", debido a los desajustes "en su forma de percibir su cuerpo, la obsesión por la delgadez, la incapacidad de tener relaciones sociales placenteras y la desestructuración de su ámbito sociolaboral". Lo que hace que muchos de estos pacientes este ingresados en las áreas psiquiátricas de los hospitales.

Una de las principales conclusiones, que da un margen a la esperanza es que la anorexia y la bulimia son enfermedades reversibles, aunque tiene el riesgo de cronicidad, así como la aparición de secuelas físicas y psicológicas muy graves.