Los niños y adolescentes que tienen discapacidad a menudo tienen problemas emocionales y de conducta, y esos problemas pueden persistir hasta que se hacen adultos, según un estudio publicado en JAMA.
La discapacidad intelectual afecta aproximadamente a uno de cada 3 habitantes en los países desarrollados. La sicopatología (conductual o desorden mental) es la mayor causa de fracaso en relaciones dentro de la sociedad, reduce oportunidades ocupacionales en el periodo posterior a la escuela y es una de las mayores restricciones en participación recreativa y en programas educativos, según el artículo.
Un grupo de investigadores, coordinados por Stewart L. Einfeld, de la Universidad de Sydney, ha examinado el curso de la sicopatología en 578 niños y adolescentes con esta discapacidad. Los participantes fueron escogidos en 1991 y tenían edades comprendidas de los 5 a 19 años, provenían de seis poblaciones australianas, y fueron supervisados durante 14 años. Los datos fueron obtenidos de 507 participantes, el 84 por ciento de los participantes iniciales supervisados en 2002-2003. Los investigadores analizaron varios indicadores, incluido el comportamiento del desarrollo de control (DBC), un indicador de sicopatología en gente joven con discapacidad y el resultado total del comportamiento del problema (TBPS).
Los investigadores encontraron criterios de una mayor sicopatología o desorden psiquiátrico en el 41 por ciento de los participantes en el comienzo del estudio, los cuales decrecieron hasta el 31 por ciento en 2002-2003. La sicopatología disminuye más en chicos que en chicas en el mismo tiempo, y más en los participantes con discapacidad leve comparada con otros con un alto grado de discapacidad. Pocos de los participantes (10%) con sicopatología recibieron tratamiento de salud mental durante el periodo de estudio.
Según los investigadores, “el principal descubrimiento fue una pequeña, aunque significante, bajada de la gravedad de la principal sicopatología sobre los 14 años en los adolescentes analizados con discapacidad intelectual. EL pequeño tamaño en esta disminución demostraba que esa sicopatología y perturbación social en joven con discapacidad intelectual es un fenómeno que persistirá en la edad adulta”.
“La observación de esta grave sicopatología ya estuvo presente en una alta proporción en el grupo de participantes que comenzaron el estudio, y la persistencia de estos síntomas, sugieren la necesidad de una efectivo tratamiento de salud mental. Este debería incluir apoyo, educación y enseñar aptitudes a sus padres, quiénes es probable que estén estresados por su cuidado”, concluyen los investigadores.
La discapacidad intelectual afecta aproximadamente a uno de cada 3 habitantes en los países desarrollados. La sicopatología (conductual o desorden mental) es la mayor causa de fracaso en relaciones dentro de la sociedad, reduce oportunidades ocupacionales en el periodo posterior a la escuela y es una de las mayores restricciones en participación recreativa y en programas educativos, según el artículo.
Un grupo de investigadores, coordinados por Stewart L. Einfeld, de la Universidad de Sydney, ha examinado el curso de la sicopatología en 578 niños y adolescentes con esta discapacidad. Los participantes fueron escogidos en 1991 y tenían edades comprendidas de los 5 a 19 años, provenían de seis poblaciones australianas, y fueron supervisados durante 14 años. Los datos fueron obtenidos de 507 participantes, el 84 por ciento de los participantes iniciales supervisados en 2002-2003. Los investigadores analizaron varios indicadores, incluido el comportamiento del desarrollo de control (DBC), un indicador de sicopatología en gente joven con discapacidad y el resultado total del comportamiento del problema (TBPS).
Los investigadores encontraron criterios de una mayor sicopatología o desorden psiquiátrico en el 41 por ciento de los participantes en el comienzo del estudio, los cuales decrecieron hasta el 31 por ciento en 2002-2003. La sicopatología disminuye más en chicos que en chicas en el mismo tiempo, y más en los participantes con discapacidad leve comparada con otros con un alto grado de discapacidad. Pocos de los participantes (10%) con sicopatología recibieron tratamiento de salud mental durante el periodo de estudio.
Según los investigadores, “el principal descubrimiento fue una pequeña, aunque significante, bajada de la gravedad de la principal sicopatología sobre los 14 años en los adolescentes analizados con discapacidad intelectual. EL pequeño tamaño en esta disminución demostraba que esa sicopatología y perturbación social en joven con discapacidad intelectual es un fenómeno que persistirá en la edad adulta”.
“La observación de esta grave sicopatología ya estuvo presente en una alta proporción en el grupo de participantes que comenzaron el estudio, y la persistencia de estos síntomas, sugieren la necesidad de una efectivo tratamiento de salud mental. Este debería incluir apoyo, educación y enseñar aptitudes a sus padres, quiénes es probable que estén estresados por su cuidado”, concluyen los investigadores.
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